jueves, 30 de septiembre de 2010

Jesús en Nazaret



Para leer el texto bíblico:

Luc.4.16. Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Luc.4.17. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
Luc.4.18. El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
Luc.4.19. A predicar el año agradable del Señor.
Luc.4.20. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Luc.4.21. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Luc.4.22. Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?
Luc.4.23. Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
Luc.4.24. Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra.
Luc.4.25. Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;
Luc.4.26. pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
Luc.4.27. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.
Luc.4.28. Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira;
Luc.4.29. y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle.
Luc.4.30. Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue.

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Jesús y la mujer samaritana



Para leer el texto bíblico:

Jua.4.1. Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
Jua.4.2. (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
Jua.4.3. salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
Jua.4.4. Y le era necesario pasar por Samaria.
Jua.4.5. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
Jua.4.6. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Jua.4.7. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
Jua.4.8. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
Jua.4.9. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
Jua.4.10. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Jua.4.11. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
Jua.4.12. ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
Jua.4.13. Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
Jua.4.14. mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Jua.4.15. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
Jua.4.16. Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
Jua.4.17. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
Jua.4.18. porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Jua.4.19. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
Jua.4.20. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Jua.4.21. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jua.4.22. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
Jua.4.23. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Jua.4.24. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Jua.4.25. Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
Jua.4.26. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
Jua.4.27. En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?
Jua.4.28. Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres:
Jua.4.29. Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?
Jua.4.30. Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Jua.4.31. Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.
Jua.4.32. Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Jua.4.33. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?
Jua.4.34. Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jua.4.35. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Jua.4.36. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
Jua.4.37. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
Jua.4.38. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Jua.4.39. Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
Jua.4.40. Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días.
Jua.4.41. Y creyeron muchos más por la palabra de él,
Jua.4.42. y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

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martes, 28 de septiembre de 2010

El endemoniado gadareno



Para leer el texto bíblico:

Luc.8.26. Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea.
Luc.8.27. Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
Luc.8.28. Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Luc.8.29. (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)
Luc.8.30. Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.
Luc.8.31. Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.
Luc.8.32. Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso.
Luc.8.33. Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó.
Luc.8.34. Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos.
Luc.8.35. Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo.
Luc.8.36. Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado.
Luc.8.37. Entonces toda la multitud de la región alrededor de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos, pues tenían gran temor. Y Jesús, entrando en la barca, se volvió.
Luc.8.38. Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo:
Luc.8.39. Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.

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lunes, 27 de septiembre de 2010

Jesús calma la tempestad



Para leer el texto bíblico:

Luc.8.22. Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.
Luc.8.23. Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban.
Luc.8.24. Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
Luc.8.25. Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?

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domingo, 26 de septiembre de 2010

La transfiguración de Jesús



Para leer el texto bíblico:

Luc.9.28. Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Luc.9.29. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.
Luc.9.30. Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Luc.9.31. quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.
Luc.9.32. Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.
Luc.9.33. Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía.
Luc.9.34. Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
Luc.9.35. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.
Luc.9.36. Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.

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Jesús sana una mujer en el dia de reposo



Para leer el texto bíblico:

Luc.13.10. Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;
Luc.13.11. y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
Luc.13.12. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
Luc.13.13. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios.
Luc.13.14. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.
Luc.13.15. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?
Luc.13.16. Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
Luc.13.17. Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Jesús ante el concilio



Para leer el texto bíblico:

Mat.26.57. Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
Mat.26.58. Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin.
Mat.26.59. Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,
Mat.26.60. y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos,
Mat.26.61. que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
Mat.26.62. Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
Mat.26.63. Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
Mat.26.64. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Mat.26.65. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
Mat.26.66. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
Mat.26.67. Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
Mat.26.68. diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.

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jueves, 23 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

Jesús se aparece a María Magdalena



Para leer el texto bíblico:

Jua.20.11. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;
Jua.20.12. y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
Jua.20.13. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
Jua.20.14. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.
Jua.20.15. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Jua.20.16. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).
Jua.20.17. Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Jua.20.18. Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.

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San Pablo y los primeros cristiano

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La entrada triunfal en Jerusalén



Para leer el texto bíblico:

Mar.11.1. Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos,
Mar.11.2. y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo.
Mar.11.3. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá.
Mar.11.4. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.
Mar.11.5. Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino?
Mar.11.6. Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron.
Mar.11.7. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
Mar.11.8. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino.
Mar.11.9. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Mar.11.10. ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!
Mar.11.11. Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.

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lunes, 20 de septiembre de 2010

Crucifixión y muerte de Jesús



Para leer el texto bíblico:

Jua.19.17. Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
Jua.19.18. y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
Jua.19.19. Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
Jua.19.20. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.
Jua.19.21. Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.
Jua.19.22. Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
Jua.19.23. Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
Jua.19.24. Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.
Jua.19.25. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Jua.19.26. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Jua.19.27. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Jua.19.28. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
Jua.19.29. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
Jua.19.30. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

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domingo, 19 de septiembre de 2010

Jesús ante Pilato (2)



Para leer el texto bíblico:

Jua.18.12. Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron,
Jua.18.13. y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año.
Jua.18.14. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo.
Jua.18.15. Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote;
Jua.18.16. mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro.
Jua.18.17. Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy.
Jua.18.18. Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose.
Jua.18.19. Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Jua.18.20. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.
Jua.18.21. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Jua.18.22. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
Jua.18.23. Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?
Jua.18.24. Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
Jua.18.25. Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy.
Jua.18.26. Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él?
Jua.18.27. Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo.
Jua.18.28. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.
Jua.18.29. Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
Jua.18.30. Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.
Jua.18.31. Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;
Jua.18.32. para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir.
Jua.18.33. Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jua.18.34. Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Jua.18.35. Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jua.18.36. Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
Jua.18.37. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
Jua.18.38. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
Jua.18.39. Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?
Jua.18.40. Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón.
Jua.19.1. Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Jua.19.2. Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura;
Jua.19.3. y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.
Jua.19.4. Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.
Jua.19.5. Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!
Jua.19.6. Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
Jua.19.7. Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
Jua.19.8. Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.
Jua.19.9. Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
Jua.19.10. Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
Jua.19.11. Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Jua.19.12. Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.
Jua.19.13. Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.
Jua.19.14. Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!
Jua.19.15. Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.
Jua.19.16. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.

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sábado, 18 de septiembre de 2010

Jesús ante Pilato (1)



Para leer el texto bíblico:

Mat.27.1. Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte.
Mat.27.2. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.
Mat.27.3. Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
Mat.27.4. diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
Mat.27.5. Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.
Mat.27.6. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
Mat.27.7. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.
Mat.27.8. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre.
Mat.27.9. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel;
Mat.27.10. y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.
Mat.27.11. Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Mat.27.12. Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió.
Mat.27.13. Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
Mat.27.14. Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
Mat.27.15. Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.
Mat.27.16. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.
Mat.27.17. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?
Mat.27.18. Porque sabía que por envidia le habían entregado.
Mat.27.19. Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.
Mat.27.20. Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.
Mat.27.21. Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás.
Mat.27.22. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado!
Mat.27.23. Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!
Mat.27.24. Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.
Mat.27.25. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
Mat.27.26. Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
Mat.27.27. Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía;
Mat.27.28. y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata,
Mat.27.29. y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!
Mat.27.30. Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza.
Mat.27.31. Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

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viernes, 17 de septiembre de 2010

Jesús acusa a los fariseos



Para leer el texto bíblico:

Mar.12.13. Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.
Mar.12.14. Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
Mar.12.15. Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea.
Mar.12.16. Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César.
Mar.12.17. Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.
Mat.23.25. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
Mat.23.26. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
Mat.23.27. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Mat.23.28. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Mat.23.29. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
Mat.23.30. y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas.
Mat.23.31. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
Mat.23.32. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!
Mat.23.33. ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Mat.23.34. Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad;
Mat.23.35. para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar.
Mat.23.36. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
Mat.23.37. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
Mat.23.38. He aquí vuestra casa os es dejada desierta.
Mat.23.39. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

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Los discípulos de Jesús

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jueves, 16 de septiembre de 2010

La última cena

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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Jesús y el ayuno



Para leer el texto bíblico:

Mat.6.16. Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mat.6.17. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
Mat.6.18. para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mat.6.19. No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
Mat.6.20. sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Mat.6.21. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mat.6.22. La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
Mat.6.23. pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
Mat.6.24. Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas [griego Mamón].
Mat.6.25. Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mat.6.26. Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mat.6.27. ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Mat.6.28. Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
Mat.6.29. pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Mat.6.30. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Mat.6.31. No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Mat.6.32. Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mat.6.33. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mat.6.34. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Mat.7.1. No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Mat.7.2. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
Mat.7.3. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Mat.7.4. ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
Mat.7.5. ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Mat.7.6. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
Mat.7.7. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Mat.7.8. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mat.7.9. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
Mat.7.10. ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Mat.7.11. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Mat.7.12. Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Mat.7.13. Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
Mat.7.14. porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Mat.7.15. Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Mat.7.16. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Mat.7.17. Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
Mat.7.18. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Mat.7.19. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Mat.7.20. Así que, por sus frutos los conoceréis.
Mat.7.21. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mat.7.22. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mat.7.23. Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Mat.7.24. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Mat.7.25. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Mat.7.26. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
Mat.7.27. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Mat.7.28. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
Mat.7.29. porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

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La sal de la tierra



Para leer el texto bíblico:

Mat.5.13. Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Mat.5.14. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Mat.5.15. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
Mat.5.16. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.
Mat.5.17. No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Mat.5.18. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
Mat.5.19. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Mat.5.20. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mat.5.21. Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
Mat.5.22. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
Mat.5.23. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
Mat.5.24. deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Mat.5.25. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
Mat.5.26. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
Mat.5.27. Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
Mat.5.28. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Mat.5.29. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Mat.5.30. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Mat.5.31. También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio.
Mat.5.32. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Mat.5.33. Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.
Mat.5.34. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
Mat.5.35. ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Mat.5.36. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
Mat.5.37. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Mat.5.38. Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Mat.5.39. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
Mat.5.40. y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
Mat.5.41. y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
Mat.5.42. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Mat.5.43. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Mat.5.44. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Mat.5.45. para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Mat.5.46. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Mat.5.47. Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
Mat.5.48. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Mat.6.1. Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Mat.6.2. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mat.6.3. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
Mat.6.4. para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mat.6.5. Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mat.6.6. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mat.6.7. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
Mat.6.8. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Mat.6.9. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Mat.6.10. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mat.6.11. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Mat.6.12. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Mat.6.13. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Mat.6.14. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
Mat.6.15. mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

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lunes, 13 de septiembre de 2010

Paseo por el Mar de Galilea

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La resurrección de Lázaro



Para leer el texto bíblico:

Jua.11.1. Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
Jua.11.2. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
Jua.11.3. Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
Jua.11.4. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Jua.11.5. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Jua.11.6. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Jua.11.7. Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez.
Jua.11.8. Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Jua.11.9. Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
Jua.11.10. pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Jua.11.11. Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
Jua.11.12. Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará.
Jua.11.13. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.
Jua.11.14. Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
Jua.11.15. y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
Jua.11.16. Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
Jua.11.17. Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
Jua.11.18. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
Jua.11.19. y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Jua.11.20. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Jua.11.21. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Jua.11.22. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Jua.11.23. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Jua.11.24. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Jua.11.25. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Jua.11.26. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Jua.11.27. Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Jua.11.28. Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.
Jua.11.29. Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.

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domingo, 12 de septiembre de 2010

Jesús resucita al hijo de la viuda de Naín



Para leer el texto bíblico:

Luc.7.11. Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.
Luc.7.12. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.
Luc.7.13. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
Luc.7.14. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.
Luc.7.15. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.
Luc.7.16. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.
Luc.7.17. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.

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La visita de los Reyes Magos



Para leer el texto bíblico:

Mat.2.1. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
Mat.2.2. diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Mat.2.3. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
Mat.2.4. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Mat.2.5. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Mat.2.6. Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará [o, regirá] a mi pueblo Israel.
Mat.2.7. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
Mat.2.8. y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Mat.2.9. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Mat.2.10. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Mat.2.11. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Mat.2.12. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

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sábado, 11 de septiembre de 2010

Anuncio del nacimiento de Jesús



Para leer el texto bíblico:

Luc.1.26. Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
Luc.1.27. a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
Luc.1.28. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Luc.1.29. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
Luc.1.30. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
Luc.1.31. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Luc.1.32. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
Luc.1.33. y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Luc.1.34. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.
Luc.1.35. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Luc.1.36. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;
Luc.1.37. porque nada hay imposible para Dios.
Luc.1.38. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

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La visita de los Reyes Magos



Para leer el texto bíblico:

Mat.2.1. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
Mat.2.2. diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Mat.2.3. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
Mat.2.4. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Mat.2.5. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Mat.2.6. Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará [o, regirá] a mi pueblo Israel.
Mat.2.7. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
Mat.2.8. y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Mat.2.9. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Mat.2.10. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Mat.2.11. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Mat.2.12. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

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viernes, 10 de septiembre de 2010

Jesús, causa de división



Para leer el texto bíblico:

Luc.12.49. Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?
Luc.12.50. De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
Luc.12.51. ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.
Luc.12.52. Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres.
Luc.12.53. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra. ¿Cómo no reconocéis este tiempo?

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El Reinos de los Cielos



Para leer el texto bíblico:

Mat.13.44. Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
Mat.13.45. También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
Mat.13.46. que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Mat.13.47. Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
Mat.13.48. y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
Mat.13.49. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
Mat.13.50. y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

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Unos griegos buscan a Jesús



Para leer el texto bíblico:

Jua.12.20. Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.
Jua.12.21. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Jua.12.22. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
Jua.12.23. Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
Jua.12.24. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
Jua.12.25. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Jua.12.26. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Jua.12.27. Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
Jua.12.28. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
Jua.12.29. Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Jua.12.30. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
Jua.12.31. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Jua.12.32. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Jua.12.33. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.
Jua.12.34. Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
Jua.12.35. Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Jua.12.36. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
Jua.12.37. Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;
Jua.12.38. para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
Jua.12.39. Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
Jua.12.40. Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan y yo los sane.
Jua.12.41. Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
Jua.12.42. Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Jua.12.43. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

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Parábola del sembrador



Para leer el texto bíblico:

Luc.8.4. Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola:
Luc.8.5. El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
Luc.8.6. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
Luc.8.7. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.
Luc.8.8. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.
Luc.8.9. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?
Luc.8.10. Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
Luc.8.11. Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Luc.8.12. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
Luc.8.13. Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
Luc.8.14. La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
Luc.8.15. Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
Luc.8.16. Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.
Luc.8.17. Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.
Luc.8.18. Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.

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La madre y los hermanos de Jesús



Para leer el texto bíblico:

Mat.12.30. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Mat.12.31. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.
Mat.12.32. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.
Mat.12.33. O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.
Mat.12.34. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Mat.12.35. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Mat.12.36. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Mat.12.37. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Mat.12.38. Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.
Mat.12.39. Él respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.
Mat.12.40. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Mat.12.41. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.
Mat.12.42. La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.
Mat.12.43. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
Mat.12.44. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Mat.12.45. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.
Mat.12.46. Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.
Mat.12.47. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.
Mat.12.48. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Mat.12.49. Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Mat.12.50. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

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jueves, 9 de septiembre de 2010

El joven rico



Para leer el texto bíblico:

Mat.19.16. Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
Mat.19.17. Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Mat.19.18. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
Mat.19.19. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mat.19.20. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
Mat.19.21. Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Mat.19.22. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Mat.19.23. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Mat.19.24. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

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Jesús camina sobre el mar



Para leer el texto bíblico:

Mat.14.22. En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
Mat.14.23. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
Mat.14.24. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
Mat.14.25. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Mat.14.26. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Mat.14.27. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Mat.14.28. Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Mat.14.29. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Mat.14.30. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
Mat.14.31. Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Mat.14.32. Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
Mat.14.33. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.

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Purificación del templo



Para leer el texto bíblico:

Mar.11.15. Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
Mar.11.16. y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.
Mar.11.17. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Mar.11.18. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.
Mar.11.19. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.

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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Parábola del hijo pródigo



Para leer el texto bíblico:

Luc.15.11. También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
Luc.15.12. y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
Luc.15.13. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
Luc.15.14. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
Luc.15.15. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
Luc.15.16. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
Luc.15.17. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Luc.15.18. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Luc.15.19. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Luc.15.20. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Luc.15.21. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Luc.15.22. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Luc.15.23. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
Luc.15.24. porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
Luc.15.25. Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
Luc.15.26. y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Luc.15.27. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
Luc.15.28. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
Luc.15.29. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
Luc.15.30. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
Luc.15.31. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
Luc.15.32. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

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martes, 7 de septiembre de 2010

La hija de Jairo



Para leer el texto bíblico:

Mar.5.21. Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar.
Mar.5.22. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies,
Mar.5.23. y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.
Mar.5.24. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
Mar.5.25. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
Mar.5.26. y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
Mar.5.27. cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
Mar.5.28. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
Mar.5.29. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Mar.5.30. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Mar.5.31. Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
Mar.5.32. Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.
Mar.5.33. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
Mar.5.34. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
Mar.5.35. Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Mar.5.36. Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Mar.5.37. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.
Mar.5.38. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
Mar.5.39. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme.
Mar.5.40. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.
Mar.5.41. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.
Mar.5.42. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.
Mar.5.43. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.

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Purificación del templo



Para leer el texto bíblico:

Mar.11.15. Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
Mar.11.16. y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.
Mar.11.17. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Mar.11.18. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.
Mar.11.19. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.

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lunes, 6 de septiembre de 2010

El paralítico de Betesda



Para leer el texto bíblico:

Jua.5.1. Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
Jua.5.2. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
Jua.5.3. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
Jua.5.4. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Jua.5.5. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Jua.5.6. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Jua.5.7. Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Jua.5.8. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Jua.5.9. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.
Jua.5.10. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.
Jua.5.11. Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
Jua.5.12. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
Jua.5.13. Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
Jua.5.14. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
Jua.5.15. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado.

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domingo, 5 de septiembre de 2010

Jesús sana a un ciego de nacimiento



Para leer el texto bíblico:

Jua.9.1. Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Jua.9.2. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
Jua.9.3. Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Jua.9.4. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
Jua.9.5. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Jua.9.6. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,
Jua.9.7. y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
Jua.9.8. Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?
Jua.9.9. Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy.
Jua.9.10. Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
Jua.9.11. Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.
Jua.9.12. Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No sé.

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Jesús en el hogar de Simón el fariseo



Para leer el texto bíblico:

Luc.7.36. Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Luc.7.37. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
Luc.7.38. y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Luc.7.39. Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Luc.7.40. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
Luc.7.41. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Luc.7.42. y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Luc.7.43. Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Luc.7.44. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Luc.7.45. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Luc.7.46. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
Luc.7.47. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
Luc.7.48. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
Luc.7.49. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Luc.7.50. Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.

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Jesús en el hogar de Simón el fariseo


Para leer el texto bíblico:

Luc.7.36. Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Luc.7.37. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
Luc.7.38. y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Luc.7.39. Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Luc.7.40. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
Luc.7.41. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Luc.7.42. y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Luc.7.43. Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Luc.7.44. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Luc.7.45. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Luc.7.46. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
Luc.7.47. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
Luc.7.48. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
Luc.7.49. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Luc.7.50. Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.

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La pesca milagrosa



Para leer el texto bíblico:

Luc.5.1. Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.
Luc.5.2. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.
Luc.5.3. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
Luc.5.4. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Luc.5.5. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.
Luc.5.6. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
Luc.5.7. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.
Luc.5.8. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Luc.5.9. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,
Luc.5.10. y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
Luc.5.11. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

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El niño Jesús en el Templo



Para leer el texto bíblico:

Luc.2.41. Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua;
Luc.2.42. y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.
Luc.2.43. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.
Luc.2.44. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;
Luc.2.45. pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.
Luc.2.46. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles.
Luc.2.47. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
Luc.2.48. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
Luc.2.49. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Luc.2.50. Mas ellos no entendieron las palabras que les habló.
Luc.2.51. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Luc.2.52. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

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sábado, 4 de septiembre de 2010

Tentación de Jesús



Para leer el texto bíblico:

Luc.4.1. Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
Luc.4.2. por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
Luc.4.3. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
Luc.4.4. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
Luc.4.5. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
Luc.4.6. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
Luc.4.7. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
Luc.4.8. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
Luc.4.9. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
Luc.4.10. porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
Luc.4.11. y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
Luc.4.12. Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
Luc.4.13. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

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